My Media World: Felix Velarde
Posted in: UncategorizedFelix Velarde, managing director of Underwired is a trained glider pilot who believes in honour and wants all marketing to be much more scientific.
Felix Velarde, managing director of Underwired is a trained glider pilot who believes in honour and wants all marketing to be much more scientific.
Jonathan Allan, sales director at Channel 4 tells Media Week that the heavy lifting of the recent restructure is now complete and the media owner is now ready to go to market in a new way.
Eco-Perch est une installation pensée par l’entreprise Blue Forest spécialisée dans les lieux en pleine nature. Pensée et installée en Angleterre, cette structure est un assemblement de matériaux naturels. Plus d’images de ce projet à découvrir dans la suite.
Copyright Fubiz™ – Suivez nous sur Twitter et Facebook
Para mim fazer podcast sempre se resumiu a duas coisas: falar besteiras junto com um monte de gente que eu gosto e testar novas tecnologias de broadcast.
Foi depois de um papo no último Social Media Week que nasceu a ideia de fazer o CREEKS. Eu e Rafão fomos chamados para um papo sobre o papel da tecnologia na criação e vimos que muita gente ainda não sabe bem como esses dois bichos se falam. (pra ser sincero por várias vezes em nossos empregos nem nós dois sabemos!) A ideia de fazer um podcast com isso saiu quase que automaticamente e o Rafão sugeriu esse nome que junta criatividade + geeks.
Só que simplesmente fazer um podcast em audio era molezinha demais. Eu queria aproveitar para testar plataformas de vídeo ao vivo com pessoas em lugares diferentes. Uma coisa parecida com que o Google Hangout já faz com parceiros do YouTube e eventos especiais. Como não somos parceiros nem do Romário nem do Google acabamos usando uma outra plataforma, o Spreecast, para os primeiros programas. Se uma das novidades que a tecnologia traz para os departamentos de criação é o conceito de eterno beta, então foi assim que chamamos esta fase inicial.
Sendo assim, sem mais as proverbiais delongas, apresentamos o CREEKS, novo podcast do B9 sobre tecnologia + criatividade. O programa é semanal mas logo na estréia vamos fazer uma cobertura ao vivo, diária do South by Southwest, evento de geekologia criativa mais fodorástico do ano que começa sexta-feira em Austin. Fique ligado aqui no B9 todo dia, por volta das 22h (horário oficial do Braza), se você quiser participar da bagunça ao vivo ou acompanhe os flashes (quase) ao vivo durante a programação do dia.
Aperta o play e mete o pau aí.
Ah! Uma dica: se você apertar o botão “chat” no lado direito do player vai poder ver o que o pessoalzinho de casa estava conversando na hora em que a gente transmitia o programa. Não é feitiçaria, é tecnologia!
Post originalmente publicado no Brainstorm #9
Twitter | Facebook | Contato | Anuncie
This week, Mungo Knott, insight director at Primesight, tries to convince all he meets about the relevance of F1 racing (with mixed results), consults on the digital ad presence at client Vue Cinemas, and goes to Lindy Hop lessons.
Rupert Murdoch’s launch of The Sun on Sundays has been criticised by The Independent’s owner Evgeny Lebedev for being “quite flat and not particularly interesting”.
VisitEngland, the tourism body, has recruited Stephen Fry, Rupert Grint, Julie Walters and Michelle Dockery to encourage UK consumers to holiday at home, in its biggest campaign to date.
From Adbusters Blog
The Showdown in Chicago has turned into a G8 Backdown. In a stunning about-face, the Obama administration has moved the Chicago G8 summit to Camp David, an ultra-secure military base in rural Maryland. Despite the tough talk of anti-Occupy technology, ordinances and paramilitary preparations, this is perhaps the first time that a major world summit has been relocated due to anticipated protests. And with only two months left before the summit was to begin, the change of venues is clearly a humiliating decision and a surprising victory of the Occupy movement. The specter of 50,000 nonviolent occupiers flooding the windy city with a list of demands for the world’s political elites was apparently too powerful. The NATO summit will still be meeting in Chicago… for now at least.
Check out this take by Occupywallst.org on what could be the movement’s next steps and weigh in below on how you think Occupy should react to the G8 backdown.
The Group of 8 Summit, a meeting of the governments of the world’s eight largest economies, was supposed to convene in Chicago this May. For months, Occupy Chicago, international anti-war groups, Anonymous, and hundreds of allies have publicly planned to shut it down. Now, only two months before the meeting is scheduled to begin, U.S. President Barack Obama is moving the assembly of over 7,000 leaders from the world’s wealthiest governments to the Camp David presidential compound, located in rural Maryland near Washington, DC, one of the most secure facilities in the world. The Chicago Tribune reports that summit organizers are “stunned” by the news.
URL: http://occupywallst.org/article/facing-mass-protest-obama-hides-g8-camp-…
Coca-Cola is giving away 1,400 Olympic and Paralympic tickets for groups of four people throughout March and April.
Chime Communications’ advertising and marketing services division, which includes VCCP and SFW, has boosted its annual operating profits by 52% year on year to £6.4m.
by
Carl Safina
From Adbusters #100: Are We Happy Yet?
CHRISTOPH GIELEN
Esta mañana estaba arrancando una hiedra venenosa; parecía que me enfrentaba a la descorazonadora perspectiva de arrancar más de cien plantas, pero descubrí que, si hundía el dedo enguantado hasta la raíz y tiraba con cuidado, podía llegar hasta otras raíces y tallos que había en mi jardín abandonado, para luego quitar de golpe partes enteras con bastante facilidad. Sin tirar de una sola de las plantas, al arrancar la raíz salían todas las que estaban a la vista y muchas otras que no había visto con la maleza. Cuando era adolescente me moría por viajar a Estados Unidos para ver “cómo viven otros”. Ahora la verdad es que ya se puede ver cómo viven con independencia de dónde se esté, ya que la misma publicidad, las mismas cadenas y la misma televisión, radio y conglomerados de empresas de los medios impresos han en su mayor parte sustituido a los EE.UU. por los mismos centros comerciales de carretera, de costa a costa. A todo el mundo le estalla la cabeza con las mismas canciones y los jóvenes “se sienten identificados con” el mismo puñado de logos de empresas y de personajes que salen en los medios. Las “noticias”empresariales informan de cómo a personas reales que interpretan a personajes de ficción les va su reproducción y rehabilitación. Mientras limpiaba mi jardín estadounidense de plagas tóxicas, la cabeza se me fue a la imagen de las cadenas de tiendas dispuestas a lo largo de la autopista; cada centro comercial un manojo de hojas, conectados por una cable invisible de raíz. Me imaginé que iba conduciendo a través del país en una gran autopista interestatal arrancando cadenas de tiendas a mi paso, ayudando a liberar una tierra que se ahoga en una sucesión de uniformidad.
Las sociedades mercantiles modernas (corporations) eran básicamente ilegales cuando se fundaron los Estados Unidos (a los colonos ya les había llegado con las sociedades británicas). En el nuevo país, se podían formar, reunir capital público y repartir los beneficios con los accionistas sólo para actividades específicas que beneficiasen al público, como construir carreteras o canales; las licencias empresariales eran temporales y las sociedades tenían prohibido intentar influir en las elecciones, en la legislación, en las políticas públicas o en la vida civil. Imagínenselo.
Pero desde un principio, los hombres de mentalidad empresarial ansiaban el poder, llevando a Thomas Jefferson a escribir en 1816, “Espero que… acabemos ya en su nacimiento con la aristocracia de nuestras sociedades adineradas, que ya se atreven a retar al gobierno a una prueba de fuerza y desafían las leyes del país”.
Durante el siglo inmediatamente sucesivo a la Revolución Estadounidense, los legisladores mantuvieron el control del proceso de aprobación de las escrituras de constitución de las sociedades, pero básicamente lo perdieron a medida que una serie de decisiones judiciales establecieron los “derechos” y la “personalidad” de las mismas. Esas leyes han sido catastróficas para la democracia, con implicaciones planetarias.
A la globalización empresarial se le ha denominado “el rediseño más esencial de las disposiciones sociales, económicas y políticas que ha tenido lugar desde la Revolución Industrial”. Las sociedades han puesto fin a cualquier poder real económico o político de los gobiernos. De los cien países más ricos y sociedades listados conjuntamente, más de la mitad son sociedades. ExxonMobil es más rica que 180 países: y sólo hay unos 195 países. Sin las responsabilidades o los gastos de una nación, las sociedades pueden innovar y producir con una rapidez y a una escala sin precedentes, pero también pueden llevar a cabo actos de enorme destrucción medioambiental y declarar beneficios.
Su comportamiento se debe a su gran libertad de acción y a su responsabilidad limitada por el daño causado. Lo que es más, los accionistas “son titulares” y se benefician de la sociedad, pero su “responsabilidad limitada” implica que los accionistas no pueden perder más dinero del invertido; no se les responsabiliza de nada de lo que la empresa hace. Si así fuera, sabrían de qué empresas “son titulares” y por qué, y puede que exigieran responsabilidad empresarial e invirtieran con más cuidado. Pero como no lo son, no lo hacen.
Lo que es más, si una sociedad puede beneficiarse más arruinando a una comunidad, la ley dice que debe hacerlo. Puede que el caso más famoso de la legislación en materia de sociedades lo decidiera el Tribunal Supremo de Michigan en 1919, cuando los hermanos Dodge (sí, esos hermanos Dodge) demandaron a Henry Ford. Ford quería que los beneficios revirtieran en la empresa y los empleados. “Mi ambición es dar empleo todavía a más hombres”, el New York Times citó a Ford diciendo, “extender los beneficios de este sistema industrial al mayor número posible de personas, para ayudarlas a crearse una vida y una casa. Para hacerlo, estamos reinvirtiendo la mayor parte de nuestros beneficios en el negocio”. Los jueces plantearon una breve pregunta: ¿Para qué sirve una sociedad? Se respondieron a sí mismos diciendo que eran “en primera instancia para el beneficio de los accionistas”, no para el beneficio de los empleados o de la comunidad. Los gestores de las sociedades -con independencia de sus escrúpulos personales o de su deseo de “hacer el bien”- están obligados a anteponer siempre los beneficios.
>>>>>>>>>>>>>>
El imperativo de maximización de los beneficios crea una presión continua para tirar los residuos en la propiedad común y trasladar los costes resultantes al público a través de subsidios, limpieza de la contaminación a costa del contribuyente y actuaciones semejantes. En donde tirar los residuos es ilegal, a las sociedades se les puede multar por violaciones. Estas multas a menudo pasan a ser “el precio de hacer negocios”, cuando los accionistas saben que a las sociedad nunca se las manda a la cárcel y que algunas son “demasiado grandes (para que se les permita) caer”. Y siempre que los controles gubernamentales se vuelvan molestos, los deseos empresariales también acaban con ellos, apoyando y colocando a funcionarios escogidos por las cooperativas y luego forzando la eliminación de “barreras” reguladoras (las antes conocidas como: “protecciones públicas”).
Sin embargo, podemos imaginarnos cómo un gobierno con una mentalidad más orientada hacia el público habría lidiado con las sociedades propensas a los riesgos. En la Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense se hizo con el control de algunas empresas alemanas en los Estados Unidos. Evidentemente, no tendría sentido tener plantas químicas alemanas en suelo estadounidense mientras nos sumíamos en una guerra con Alemania. No se destruyeron las empresas, sólo las controló el gobierno durante un tiempo; algunas todavía existen. Cuando los fabricantes de automóviles se metieron en graves problemas y se declararon en bancarrota en 2009, el gobierno federal intervino para controlar la gestión durante una temporada. No es que se llevaran a cabo medidas punitivas, pero podemos hacernos una idea de las medidas con las que las sociedades que actúan como malos ciudadanos tendrán que convivir durante un tiempo, pongamos por caso, con sus activos congelados -tal vez sin comercio- mientras el gobierno del pueblo se dedica a darles una capacitación insignificante a los directivos.
En la vida real tal y como la conocemos, el imperativo de maximización de beneficios implica que una empresa que intente actuar de forma responsable incurre en una desventaja competitiva. Las implicaciones son por lo general un aluvión de catástrofes, porque básicamente todo el dinero del mundo está por tanto bajo presión para actuar de manera irresponsable. Cualquier otro impulso debe resistir a esa corriente.
El principio de fe fundamental de las sociedades, su objeto de adoración, su grial y su sustento: el crecimiento. Un crecimiento impulsado sin cesar por nuevos recursos acabados de desenterrar y mano de obra barata, un crecimiento alimentado por un número en aumento de consumidores con un peso también en aumento. El crecimiento se ha producido a lo largo de la historia como resultado del progreso tecnológico y de una población creciente, y se volvió una de las aspiraciones de las políticas gubernamentales sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial.
Pero el planeta Tierra no puede crecer. No a un ritmo superior al que acumula encanto, en cualquier caso. Si la economía “crece” mientras se agotan recursos como el agua, los bosques y los caladeros, no es crecimiento: sólo es hacer más burbujas. Sin embargo, puesto que nuestro sistema económico muestra un amor incondicional por el crecimiento, no cunde la alarma por algunas burbujas, pero cuenten con esto: cuanto más grande sea esta, peor será la explosión.
El primer siglo empresarial, el siglo XX, fue un periodo de crecimiento explosivo. A pesar de que hasta 150 millones de seres humanos murieron en enfrentamientos bélicos entre 1900 y Y2K, la población mundial se cuadruplicó. El uso de la energía aumentó en dieciséis veces. La pesca -que alcanzó su punto máximo a finales de los ochenta- aumentó en treinta veces. La enorme cantidad de cosas que se usan anualmente circulan con tal número de ceros que resulta pasmosa: 275?000?000 toneladas de carne, 370?000?000 toneladas de productos de papel, etcétera. Lo que es increíble, de todos los materiales de la Tierra que las manos de los seres humanos han transformado alguna vez, la mitad al completo de esa transformación de materiales ha tenido lugar a partir de la Segunda Guerra Mundial.
“Es imposible que la economía mundial salga de la pobreza y del deterioro medioambiental mediante el crecimiento”, escribe el economista Herman Daly, preocupado por los recursos, porque la economía es un “subsistema del ecosistema terrestre, que es finito, no va a más y tiene un abastecimiento material limitado”.
¿Y los economistas creen que la solución a los problemas que tenemos es más crecimiento? Hemos estado equivocados por completo. Sin embargo, más desarrollo: esa sí es una propuesta diferente. “Crecimiento” quiere decir aumentar de tamaño añadiendo; “desarrollo” quiere decir desarrollar potenciales, mejorar.
Dado que el mundo ya está bastante explotado, ahora el crecimiento pone en peligro el desarrollo. En un mundo que hubiera superado el crecimiento, mediríamos cosas como la comunidad y la satisfacción, sustituiríamos esta dinámica desenfrenada de la pescadilla que se muerde la cola de lo material, con la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad que se derivan del desarrollo, no del crecimiento. No los confundamos.
Cuando las condiciones oceánicas son difíciles, algunas medusas “de-crecen”. No sólo pierden grasa o adelgazan; sino que sí que pierden células y simplifican algunas de sus estructuras. Cuando las condiciones mejoran, vuelven a crecer. Dado que añaden células nuevas y les vuelven a crecer estructuras (no sólo vuelven a engordar), lo que en verdad sucede es que rejuvenecen: son más jóvenes de lo que eran. En el extremo opuesto, Edward Abbey observó hace ya mucho tiempo que el crecimiento por el crecimiento continuo es la estrategia del cáncer. Sabiendo lo que sabemos hoy en día, parece que el mundo no puede producir lo suficiente para salir de la pobreza a base de crecer, pero podríamos, sin lugar a dudas, salir de ella a base de reducir.
Carl Safina ha recibido la beca MacArthur y ha sido invitado en el programa de televisión de la PBS “Saving the Ocean” (“Salvar el océano”). Este ensayo figuró por primera vez en el libro “The View From Lazy Point“
Operating profits at John Lewis and Waitrose fell in the year to 28 January 2012, as increased investment in promotional activity and store openings offset a 6.4% rise in group sales to £8.7bn.
Restaurant brand Harvester has launched a TV, digital, social media and retail campaign showing a young customer taking over the role of head chef.
Advertising Agency: DDB, São Paulo, Brazil
Creative Diretors: Sergio Valente, Marco Versolato, Gustavo Victorino, Moacyr Netto.
Copywriter: Rafael Zoehler
Art Director: André Vervloet
Illustrator: Gustavo Victorino
Media: Mônica de Carvalho, Patricia Muratori Calfati, Fernanda Zonatii e Débora Veloso
Account Supervisor: Suzana Poli, Marcelo Tivilato
Advertiser´s Supervisor: Marcos Nisti